Pensará usted que me he vuelto tarumba y que no tiene ninguna relación la naturaleza de este blog con el aseo personal. ¡Se equivoca! el aseo personal pulcro y sin fisuras es unos de los secretos de una buena vida.
Intente conseguir un olor corporal neutro, o si me apura con un ligero aroma cítrico y fresco que confiere, a la persona que lo porta, una imagen agradable y cercana. Las uñas de las manos deberán de estar perfectamente cortadas y sin una ramita de masa cornea. ¡No olvide las de los pies, que también son del cuerpo¡ Lave sus manos con frecuencia a lo largo del día, sobre todo después de ir al servicio y antes de realizar alguna comida.
Tenga usted el pelo que tenga, llévelo siempre limpio y arreglado, no se deje greñas, rastas, ni patillas Luis Cadelas. Llévelas a una altura correcta. Apueste por un rostro bien rasurado. Acertá siempre. Y si usted es calvo, y padece una alopecia incipiente, no se ponga jamás un bisoñé. Asuma con alegría que no tiene pelo y llévelo con dignidad y elegancia.
No me puedo olvidar de los zapatos. Pieza fundamental en el vestir. Pierda tiempo en casa con su betún y su cepillo en dejarlos brillantes y lustrosos. Un hombre que quiere triunfar y vivir mejor, debe de llevar unos zapatos que deslumbren. Llévelos al zapatero tan pronto como vea que sus tacones se quedan cortos por izquierda o por derecha dependiendo de la manera en la que usted pise.
Recuerde nuestra reflexión de hoy domingo: aseo personal, uñas impecables y zapatos relucientes. En nuestra próxima entrega hablaremos de ducha, gestos, maneras, tonos de voz y distancias de respeto.