Alonso Márquez (Zaragoza 1967), es uno de los más grandes escultores contemporáneos; pese a su juventud, lleva ya cerca de 20 años de trayectoria y trabaja habitualmente con galerías de Madrid y Barcelona.

En Zaragoza podemos destacar la magnífica exposición que realizó hace unos años en el Torreón Fortea y  recientemente en el Colegio Oficial de Arquitectos. También disfrutamos de esculturas de gran formato repartidas en diferentes espacios urbanos en nuestra ciudad y fuera de ella.

En la zaragozana Galería Cristina Marín (calle Manuela Sancho, 11) su exposición, bajo el títulos de “NAÚFRAGOS”, está organizada en dos salas con más de 50 piezas de diferentes formatos en cobre, bronce y hierro.

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El artista explicó en detalle sus particulares esculturas adentrando a los presentes en su peculiar mundo. Los asistentes,  amigos y amantes del arte, disfrutaron mucho con la visita.

El estilo de Alonso Márquez es muy definido y sus esculturas son etéreas, con la figura humana como principal protagonista. Sus obras nos adentran en el universo de los sentimientos: la soledad, la pareja, la incomunicación, el amor y el desamor… su mundo es particular y a la vez universal.

Las figuras se encuentran suspendidas en las paredes con un juego particular de luces y sombras. Todo parece casual pero el artista, que es un gran perfeccionista, lo ha estudiado al milímetro.

Los paralelismos con la obra de Giaccometti no son fortuitos. Alonso Márquez desarrolla su propio registro unido a la escultura griega y a la mitología, como podemos ver en algunos de sus títulos (Caronte, Némesis…).

Sus esculturas ejercen un magnetismo especial sobre el observador que queda atrapado en sus misteriosos  infinitos y laberintos.

La exposición permanecerá abierta hasta el 28 de mayo.

Fotos: Eduardo Bueso