Muertos, fantasmas, mitos y misterios pueden dar origen a viajes de leyenda muy atractivos, con su punto de morbo. En ocasiones se trata de lugares relacionados con cosas irreales o con seres míticos y en otros casos son espacios realmente siniestros. El buscador de vuelos y hoteles Jetcost (www.jetcost.es), que encuentra opciones hasta en los sitios más remotos.

París (Francia)

El cementerio de los famosos

Père-Lachaise

Nada menos que veinte cementerios hay en la capital francesa y todos ellos compiten en singular belleza, elementos monumentales, jardines y… misterios. De todos ellos, sin duda el Père-Lachaise, al este de la ciudad, es el más famoso y el más visitado: más de dos millones y medio de personas acuden a él cada año, y la inmensa mayoría no van a llorar a sus deudos. Con 44 hectáreas de superficie, más de 5.300 árboles y 70.000 tumbas, es también uno de los parques más grandes de París, muy frecuentado por los parisinos en sus paseos de fin de semana. Lo que más llama la atención del lugar, además de sus mausoleos, es el número de personajes importantes de todos los campos allí enterrados y que curiosamente se debe a una ingeniosa operación de marketing funerario. Cuando abrió sus puertas en mayo de 1804, casi ningún parisino quería ser enterrado allí. En 1817, los supuestos cuerpos de La Fontaine y Molière, así como los de Abelardo y Eloísa fueron trasladados al Père-Lachaise y desde ese momento se convirtió en el cementerio de moda. Y así sigue.

Los patrocinadores del cementerio, que entregan un plano con las tumbas ilustres, lo definen como “un viaje a un mundo extraño y fascinante donde el arte y la naturaleza se unen para crear una armonía que calma e invita a la contemplación, la meditación y el sueño. Además, tiene el atractivo de contemplar la última morada de Èugene Delacroix, Maria Callas, Marcel Proust, Oscar Wilde, Frédéric Chopin o Amadeo Modigliani. Sin embargo, la más visitada es la del rockero Jim Morrison. También hay españoles como Manuel Godoy o Juan Negrín.

Bran, Rumanía

CASTILLO DE BRAN

El castillo de Drácula

Ni es de la época, ni es un castillo, sino un puesto de control fronterizo entre Transilvania y Valachia, ni, por supuesto, perteneció a Drácula, la versión fantasiosa que el escritor Bram Stoker hizo de Vlad el Empalador. Pero pese a que a los rumanos no les hace mucha gracia la historia porque para muchos Vlad fue un héroe que les liberó del dominio turco, el castillo de Bran, cerca de Bra?ov, es uno de los grandes atractivos del país y uno de los lugares más visitados. Hoy está abierto al turismo y merece la pena detenerse en él para apreciar su maravillosa arquitectura gótica, los elementos medievales, sus esculturas y los distintos objetos artísticos que alberga en el museo que funciona en su interior. También está ahí la celda en la que, al parecer, estuvo Vlad dos días prisionero de los otomanos, aunque ni siquiera esto parece que sea cierto. Y sobre todo merece la pena contemplar su entorno con bosques, ríos y valles que crean el escenario ideal, en especial el monte Postavaru y el Parque Nacional Retezat, otros atractivos de la bella región de Transilvania. En los alrededores del castillo está proyectado desde hace años un parque temático sobre la figura de Drácula, pero propietarios y autoridades no llegan a ponerse de acuerdo. Morbo sí, pero también cierto respeto.

Inverness (Escocia)

LAGO NESS

Un lago de leyenda, incluso sin monstruo

En las tierras altas de Escocia hay un extenso y profundo lago de agua dulce de gran belleza que incluso ha sido candidato a ser elegido entre las Nuevas Siete Maravillas Naturales del mundo. Pero sin duda lo que atrae a miles de turistas al lago Ness en sus orillas o a bordo de todo tipo de embarcaciones es la búsqueda de su célebre y esquivo monstruo. Si alguna vez apareciese, tendría además otro claro calificativo: longevo, ya que nada menos que en el año 565 ya se hablaba de San Columba, que habría salvado a alguien que supuestamente estaba siendo atacado por un monstruo en el río Ness. Ni la música celta, ni las faldas a cuadros de los caballeros, ni su reputado whisky, lo que define a Escocia es Nessie, un posible superviviente de los plesiosauros, de proporciones inimaginables, que ha hecho que miles de personas digan haber escuchado gemidos y gruñidos procedentes de estas aguas dulces, incluso hay quien cree haber visto a la bestia, aunque nunca se ha podido comprobar su existencia.

No pierdas mucho tiempo esperando ver al monstruo, los pueblos que rodean del Lago Ness son encantadores, por ejemplo, Invergarry, un pueblo tranquilo y con historia en el que destacan las ruinas de un castillo que se construyó a principios del siglo XVII, o Foyers y sus cercanas cascadas, con una caída de agua increíble rodeada de un paisaje impresionante.

Verona (Italia)

VERONA

Resucita a los más románticos: Romeo y Julieta

Verona es por excelencia la ciudad de los enamorados y, aunque no la conociera, inspiró a Shakespeare en su inmortal drama Romeo y Julieta, una bella historia de amor pero con su punto de tragedia. Hoy cientos de miles de turistas viajan hasta allí para recorrer la casa de los Capuleto y sumar mensajes de amor a los cientos que ya se han dejado en el balcón de Julieta, ver su tumba en el monasterio San Francesco al Corso, o visitar la casa de Romeo. Declarada Patrimonio de la Humanidad, Verona es un compendio de arte. Entre sus lugares imprescindibles están la fuente de La Madonna Verona, La Arena donde se celebra su célebre festival de ópera, el Ponte Pietra, el Domus Mercatoru, el Palazzo Maffei (1668) o la Piazza dei Signori. Además, por toda la ciudad se desparraman las estatuas, frisos, frescos, portones, inscripciones, ventanas medievales y fuentes. Una de las últimas novedades en la ciudad es la posibilidad de casarse en el mismísimo balcón de Julieta, con tus invitados instalados en el patio. Lo organiza el propio ayuntamiento de la ciudad y cuesta 600 euros.

Hotel Stanley, Colorado (USA)

Hotel Stanley

¿Te animas a revivir “El Resplandor”?

Si hablamos de leyendas, misterios y morbo, nada como animarse a alojarse en el bonito hotel Stanley en Colorado, inmerso en la naturaleza y con una impresionante vista hacia las Montañas Rocosas. Aparentemente ideal, hasta que se sabe que en la habitación 237 de este lugar, el autor de terror Stephen King comenzó a escribir una de sus más conocidas novelas: «El Resplandor», que fue magistralmente interpretada en el cine por Jack Nicholson. Lo que podría haber arruinado a cualquier otro, el terror ha hecho que cientos de visitantes se hospeden en él, con el objeto de descubrir a los supuestos fantasmas que merodean sus pasillos. Si la habitación 237 está ocupada, que lo suele estar, no dudes en pedir la 408 desde donde, según cuentan, se pueden escuchar voces de niños jugando, ver objetos que parecen atravesar la habitación de uno a otro lado, grifos que se abren solos… Y cómo no, podrás oír las tenebrosas melodías, que al piano sorprenden a media noche, tocadas a cargo de los antiguos dueños del establecimiento.

Dado que la temática fantasmal es el mayor reclamo de este hotel de montaña, el personal organiza ‘Tours Fantasmales’, de aproximadamente una hora y media de duración, donde por 15 dólares llevan a cabo una ruta relacionada con la conexión que ha mantenido el hotel con la industria de Hollywood y con los supuestos encuentros espectrales que en él han tenido lugar.

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