La garnacha vieja Campo de Borja gana voz internacional
La garnacha vieja Campo de Borja se ha convertido, una vez más, en un argumento de peso para mostrar al mundo la capacidad de Aragón para liderar proyectos enológicos con visión científica y arraigo territorial. La Old Vine Conference Meeting of the Minds 2025, celebrada en el norte de California, reunió a investigadores, productores y expertos que buscan proteger y valorizar los viñedos históricos del planeta.

En este contexto, el CRDO Campo de Borja presentó los resultados del ambicioso proyecto iniciado en 2022 para estudiar las garnachas más antiguas de la región. Un trabajo coordinado por las bodegas Borsao, Ainzón y Aragonesas, y respaldado por el Gobierno de Aragón y la Unión Europea. El objetivo es claro: proteger, certificar y comprender en profundidad el patrimonio vitícola más valioso de la comarca.
Un proyecto científico con dos líneas clave
El profesor Vicente Ferreira, de la Universidad de Zaragoza, lideró el análisis sobre cómo la edad de la vid influye en la capacidad de envejecimiento y en el desarrollo del sabor. Sus conclusiones confirman lo que los viticultores intuían: las cepas viejas aportan mayor concentración aromática, complejidad y una expresión más precisa del terruño.
En paralelo, el profesor Luis Gonzaga Santesteban, de la Universidad Pública de Navarra, desarrolló una metodología científica capaz de certificar la edad real de un viñedo. Esta herramienta supone un avance histórico para las bodegas y para la propia Denominación de Origen.

Un reconocimiento internacional para Aragón
La sesión fue moderada por la prestigiosa Dra. Laura Catena, del Instituto Catena. “Estos estudios marcan un antes y un después en la defensa de las viñas viejas”, afirmó. También intervino Sarah Abbott MW, cofundadora de la Old Vine Conference, para subrayar la relevancia global de los resultados: “Demuestran científicamente lo que las catas ya sugerían: los vinos de viñas viejas son más complejos y merecen protección”.
José Ignacio Gracia, director del CRDO Campo de Borja, resumió la esencia del proyecto: “La garnacha es parte del ADN aragonés y debemos preservarla para las generaciones futuras.”
La garnacha vieja Campo de Borja, una vez más, sitúa a Aragón en el mapa internacional del vino.
¿Sabías que las primeras referencias escritas a la garnacha aragonesa aparecen ya en el siglo XVI? Un hilo histórico que hoy sigue vivo en estas viñas centenarias.






