Los oficios del dulce en Aragón: tradición y futuro compartido
En el Salón Rioja del Patio de la Infanta, la Academia Aragonesa de Gastronomía celebró una jornada histórica: Los oficios del dulce en Aragón: de la tradición a la modernidad. Con el respaldo de Fundación Ibercaja, la cita unió a los grandes nombres del sector en una reflexión colectiva sobre cómo preservar la esencia de la repostería aragonesa sin renunciar a la innovación.
Paco Torreblanca y Carmen Abad: la lección magistral
El maestro Paco Torreblanca, reconocido como Mejor Pastelero del Mundo, conversó con la académica Carmen Abad sobre el valor de las raíces. “La innovación debe nacer del respeto a la materia prima local”, subrayó Torreblanca, aludiendo a iconos como el guirlache, el pastel ruso o la trenza de Almudévar. Su intervención marcó un punto de inflexión para los profesionales presentes.

El chef alicantino y la académica Carmen Abad abrieron el debate sobre tradición e innovación.
Huesca, capital del dulce
La mesa moderada por Juan Barbacil mostró el dinamismo de la provincia oscense. Reyes Tolosana, Sura Ascaso y Raúl Bernal demostraron cómo tradición y modernidad pueden convivir con éxito, convirtiendo productos emblemáticos en auténticos embajadores del territorio.
Zaragoza y Teruel: talento y arraigo
Las siguientes mesas pusieron en valor la diversidad del sector. Zaragoza destacó por el empuje de nuevas generaciones y la apuesta por la formación, mientras Teruel defendió su modelo basado en la proximidad y el uso de productos locales como la miel o la almendra.

Raúl Bernal, Sura Ascaso y Reyes Tolosana compartieron su visión sobre el éxito oscense.
Un dulce porvenir para Aragón
La jornada concluyó con un mensaje común: el futuro del dulce aragonés pasa por la certificación de calidad, el relevo generacional y la proyección turística. Aragón tiene un patrimonio repostero que, bien gestionado, puede situarlo entre los referentes nacionales.
- Academia Aragonesa de Gastronomía
- Fundación Ibercaja
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El evento confirmó algo más que el talento repostero aragonés: la dulzura también es cultura. Los obradores de Aragón, con su mezcla de herencia e innovación, son hoy la mejor metáfora de una comunidad que mira al futuro sin olvidar su sabor más auténtico.