Menú de otoño Celebris Zaragoza: claves del menú
La propuesta abre mirando a la huerta. El equipo trabaja laminados y crudos limpios, caldos ligeros y destellos cítricos que despiertan el paladar. Luego, el menú gana fondo: fondos oscuros bien reducidos, texturas melosas y puntos de cocción medidos. No es una demostración de fuegos artificiales, sino de oficio. Y se agradece.

Producto aragonés con técnica actual
La cocina se entiende desde el territorio, sin tópico. Aparecen migas aireadas con jugo potente, guisos de ternasco con piel crujiente, arroces de setas ligados con precisión y notas de trufa negra cuando la temporada lo permite. La borraja, las legumbres y los dulces de tradición entran en escena con una estética cuidada pero reconocible. En sala, el ritmo es sereno, el trato cercano y los tiempos, ajustados.

Maridajes que acompañan
La bodega manda una señal clara: blancos con nervio para empezar y tintos de Garnacha con acidez y fruta para los platos de fondo. Pide sugerencias por copas; el servicio se mueve cómodo entre referencias de Aragón. Como pista, mira opciones de Zaragoza Turismo para completar la experiencia por la ribera, o reserva en el propio Hotel Hiberus
si quieres alargar la velada.

¿Para quién es este menú?
Para quien disfruta de la temporada, para quien busca una mesa luminosa con vistas al Ebro y, la verdad, para quien valora una cocina que cuenta cosas de aquí sin disfrazarlas. Si te atrae el “menos es más” bien afinado, te va a encajar.

Detalles útiles
- Mejor reservar con antelación si quieres mesa junto a la cristalera.
- Pregunta por el pase de setas y por el juego de texturas del ternasco: son dos momentos que definen el menú.
- Si vas en pareja, un blanco tenso al inicio y un tinto equilibrado después dejan el viaje bien dibujado.
A la hora dorada, la luz del Ebro entra de lado y el comedor gana calidez. Es el instante perfecto para el postre con fruta y un café reposado. Y sí: repetir el Menú de otoño Celebris Zaragoza antes de que cambie la carta es una buena idea.





