La cápsula del tiempo de Señorío de Lazán Reserva
Pocas ocasiones se presentan en la historia reciente del vino aragonés como esta. La recuperación de Señorío de Lazán Reserva de las añadas 1998 y 1999 no es solo un guiño nostálgico: es una demostración de cómo el Somontano ha sabido preservar su patrimonio líquido con rigor y sensibilidad.
Bodega Pirineos, fundadora del origen de la D.O.P. Somontano, ha mantenido estas botellas en su botellero subterráneo durante más de un cuarto de siglo. El resultado es un hito enológico de enorme calado.

La ciencia habla: longevidad extraordinaria
El estudio del Dr. Vicente Ferreira (Universidad de Zaragoza) aporta una base científica sólida. Su equipo confirma que estos vinos presentan una conservación homogénea, ausencia de oxidación relevante y una viveza aromática impropia de vinos con más de veinte años en botella.
En sus palabras, “el vino se mantiene vivo”, una afirmación poco habitual en investigaciones de esta naturaleza.
Marcelo Retamal: un aval de peso internacional
La valoración de Marcelo Retamal, uno de los 20 enólogos más influyentes del mundo, refuerza aún más este renacimiento. Su admiración por la variedad Moristel —parte esencial del coupage junto a Tempranillo y Cabernet Sauvignon— subraya el carácter identitario de estas añadas.

Ediciones limitadas para amantes del Somontano
Pirineos ha puesto a la venta únicamente 100 cajas de madera con seis botellas: dos de 1998, dos de 1999 y dos de 2019. Un formato que mezcla historia, homenaje y continuidad.
Están disponibles en la tienda de la propia bodega, en la experiencia enoturística Tiempo Líquido, y también online al precio de 180 €.
Enlace oficial:
— https://www.barbadillo.com/producto/coleccion-privada-senorio-de-lazan/
Un guiño generacional: “Solo para nacidos en otro milenio”
La campaña recupera estética, emociones y lenguaje de los años 90, conectando esas añadas con la memoria colectiva. Según Álvaro Alés (Barbadillo), “devuelve a Señorío de Lazán el lugar que le corresponde”.
Señorío de Lazán Reserva renace para recordarnos que el tiempo, cuando se custodia con respeto, puede convertirse en una obra de arte líquida.







