Vendimia 2025 Bodegas San Valero: calidad excepcional en Cariñena
La vendimia 2025 Bodegas San Valero se ha caracterizado por una uva de calidad sobresaliente, aunque con menor volumen que en campañas anteriores. Antonio Serrano, presidente de la bodega, destacó “una maduración perfecta y un estado sanitario inmejorable”.
El verano ofreció temperaturas suaves y una pluviometría generosa, factores que contribuyeron a una madurez equilibrada y a la riqueza aromática de variedades emblemáticas como Cariñena, Garnacha y Macabeo.

Un año singular y una bodega referente
Pese a los episodios de granizo en zonas como Encinacorba y Paniza, el trabajo coordinado de los viticultores permitió mantener la sanidad del fruto. Ignacio Pastor, director general, subrayó que “esta vendimia refleja el compromiso de nuestros socios y nuestro modelo de trabajo sostenible”.
La bodega consolida así su liderazgo en la D.O. Cariñena y mantiene su proyección internacional, reforzando el prestigio de los vinos aragoneses.

Tradición, sostenibilidad e innovación
Desde su fundación en 1944, Bodegas San Valero ha apostado por la viticultura responsable: manejo racional del suelo, riego eficiente y control natural de plagas. Este modelo garantiza la conservación del entorno y la continuidad de los viñedos para futuras generaciones.
El valor humano de la vendimia 2025 Bodegas San Valero
Más allá de los datos técnicos y la calidad del fruto, la vendimia 2025 Bodegas San Valero ha sido un homenaje al esfuerzo colectivo de cientos de viticultores que, año tras año, sostienen el pulso del territorio. Su trabajo paciente, desde la poda hasta la recogida, refleja el alma cooperativa de Cariñena. En cada racimo hay una historia familiar y una forma de entender la tierra que convierte a esta bodega en un símbolo de identidad aragonesa.
- Lee también: “El alma del vino aragonés está en Cariñena”
- Lee también: “Los rosados de Aragón conquistan el verano”
La vendimia 2025 no solo deja un vino excelente, sino una reflexión sobre el futuro: la sostenibilidad ya no es una opción, sino el alma del vino aragonés. Cariñena demuestra que la calidad y el compromiso ambiental pueden ir de la mano para mantener viva la esencia del territorio.








