Bodega Casa Morales, tradición por los cuatro costados.

El año 1850 abrió sus puertas en la calle García de Vinuesa 11 este local que recuerda su origen de un antiguo despacho de vinos. Está repleto de grandes tinajas de barro, con techo altos, ventanas de madera, grandes alacenas repletas de botellas que te transportan a otra época. Las especialidades de Casa Morales son las clásicas de la gastronomía sevillana: los montaditos, algún plato de cuchara como los garbanzos con menudo, o las chacinas marca de la casa. Te encantará el local. Los precios son correctos y es el lugar ideal para tomar la primera tapa con una Cruzcampo bien tirada, después de haber visitado la Catedral que ese encuentra a solo cinco minutos caminando. No es un sintió donde se prodiguen los turistas a pesar de encontrarse en el centro cultural sevillano. Te harás un selfie seguro para que tus amigos se mueran de la envidia.

Casa Ricardo, Antigua Casa Ovidio: pasión por la croqueta.

Para llegar hasta Casa Ovidio, yo me quedo con ese nombre, hay que cruzar el rio y acercarse hasta los aledaños de la Basílica de Jesús del Gran Poder. El local este situado en la calle Hernán Cortes ,2. Su especialidad son las croquetas. Tan solo las tiene de cocido y en Semana Santa y cuaresma de bacalao. Las presentan con abundantes patatas paja y las ofrece en medias raciones de 6 y la entera de 12. Su secreto mejor guardado está en su interior. Su bechamel tiene una densidad bajísima. Se deshacen en la boca. La probabilidad de mancharse durante el tapeo es de el 85%. si no se tiene la debida precaución. Intenté por todos los medios que el camarero me contase el secreto, pero me dijo que si me lo contaba, tendría que matarme después. También merece la pena para compartir una media de un clásico sevillano muy demandado por sus clientes: el solomillo al whisky. Las fotos de sus croquetas lo petan en Instagram. Lugar visitado solo por sevillanos y exploradores gastronómicos. Acierto seguro.

Espacio Eslava, clásico con creatividad, excelente servicio y mucho más.

Después de la parada con croqueta en Casa Ovidio le toca el turno a el Espacio Eslava. A tan solo unos cientos de metros de Ovidio, y en la calle que da nombre al local, se encuentra este marquesado gastro con unas tapas creativas de quitarse el sombrero. Un bar de culto tanto para los sevillanos como para los muchos visitantes que llenan a diario su barra. El local esta dirigido por Sixto Tovarque y dispone de un equipo extraordinario de camareros y cocineros que se dejan la piel en cada servicio. Permíteme que te aconseje dos tapas magistrales: pide una tapa de yema sobre bizcocho de boletus y vino caramelizado, una tapa que justifica la visita por la explosión de sabores; y “Un cigarro para Bécquer”, un trampantojo mezcla de algas y choco, con una bechamel de tinta de calamar y envuelta en pasta brick crujiente, que simula un puro y donde se reproduce hasta la ceniza que desprende. De vinos anda exageradamente bien y lo ofrecen por copas. Visita obligada.

El Rinconcillo, 3 siglos de historia de la gastronomía sevillana

¡Un local con 300 años de vida! inaugurado en durante el reinado de Carlos II, la verdad es que es una pasada. Junto con Casa Botín en Madrid, pueden ser los establecimientos hosteleros en activo mas antiguos de España. Decorado con cerámicas trianeras y mucha madera, conserva un encanto especial.
En la planta calle la barra, para un tapeo informal, y en la segunda un salón restaurante que continúa con la estética que caracteriza este singular establecimiento: espacios señoriales con paredes de ladrillo visto, sillería andaluza, lámparas de forja y vistosos ventanales, típicos de las casas sevillanas. La familia De Rueda ha conservado generación tras generación la esencia de El Rinconcillo. Cita imprescindible.