Un escaparate de excelencia internacional
En un salón repleto de alumnos, sumilleres y profesionales del vino, los aromas y colores de las Garnachas Históricas Campo de Borja inundaron recientemente las copas de los asistentes en la École Hôtelière de Lausanne (Suiza). Esta cata magistral forma parte del plan de internacionalización impulsado por la DOP Campo de Borja en colaboración con ICEX España Exportación e Inversiones y Foods & Wines from Spain.

El objetivo no era solo catar vinos, sino contar una historia: la historia de una tierra que ha hecho de la garnacha su seña de identidad. Una historia de esfuerzo, de viñedos viejos y de saber hacer transmitido entre generaciones.
Voces con experiencia y respeto
La sesión fue conducida por dos figuras clave en el mundo del vino: David Schwarzwälder, autoridad internacional en vinos españoles, y José Ignacio Gracia, director técnico de la DOP Campo de Borja. Junto a ellos, participaron sumilleres del Club de Vinos de la École de Lausanne, que aportaron valor y sensibilidad al análisis de cada referencia.
Siete vinos con alma aragonesa
Los verdaderos protagonistas fueron, sin duda, los vinos. Siete etiquetas que expresan la diversidad y riqueza de las garnachas aragonesas:
- Flor de Cayus 2022 – Bodegas Ainzón
- Godina 2022 – Bodegas Morca
- Fagus 2022 – Bodegas Aragonesas
- Veratón 2021 – Bodegas Alto Moncayo
- Berola 2019 – Bodegas Borsao
- Adán 2018 – Bodegas Palmeri Sicilia
- Román Cepas Viejas – Bodegas Román
Cada uno aportó una visión distinta de un mismo origen: la garnacha como expresión de paisaje, clima y carácter.
Una variedad con proyección global
El proyecto “Garnachas Históricas” no es solo una etiqueta bonita: es una estrategia para situar al Campo de Borja como referente internacional en vinos de calidad. La cata en Lausana consolida esa proyección. En un entorno exigente y prestigioso, la garnacha aragonesa se mostró como lo que es: un vino con historia y con futuro.
La garnacha, símbolo de una tierra y su gente
La cata de Lausana fue también un homenaje implícito a quienes hacen posible que estos vinos sigan sorprendiendo al mundo: los viticultores y bodegueros del Campo de Borja. Gente que trabaja la viña desde el amanecer, que respeta el terreno pedregoso y árido del somontano del Moncayo, y que ha apostado por conservar cepas viejas cuando muchos las arrancaban. Esa fidelidad a la tierra se percibe en cada sorbo.

En un mundo dominado por la velocidad y la uniformidad, estas garnachas representan autenticidad. Son vinos que no solo seducen por su sabor, sino por la historia que cuentan. Cada botella es un relato de supervivencia, de arraigo y de evolución. Por eso, cuando se sirven en una copa de Lausana, de Nueva York o de Tokio, no solo se degustan: se entienden, se respetan, se celebran.
Este tipo de acciones –formativas, sensoriales, culturales– refuerzan la presencia de Aragón en el mapa internacional del vino y demuestran que nuestras garnachas tienen mucho que decir en los foros más exigentes del planeta.
¿Sabías que la garnacha aragonesa es una de las más antiguas de Europa? Algunas cepas del Campo de Borja tienen más de 100 años de vida.

Esta cata magistral forma parte del plan de internacionalización impulsado por la DOP Campo de Borja en colaboración con ICEX España Exportación e Inversiones y Foods & Wines from Spain, plataforma desde la que puedes conocer más iniciativas de promoción del vino español: