Moros y Cristianos de Murcia: una fiesta con historia
La recién nombrada Fiesta de Interés Turístico Internacional se celebra en Murcia cada septiembre, reuniendo a más de 2.000 participantes entre kábilas y mesnadas. Lejos de revivir enfrentamientos, el espíritu es el de la convivencia, la música y la alegría compartida.
Espectáculo de desfiles y color
El gran desfile del sábado convierte la Gran Vía en un escenario de luz, música y movimiento. Vestimentas bordadas en oro, corazas relucientes, turbantes, espadas y estandartes deslumbran al público. Bandas de música, caballos y carrozas completan un espectáculo que mezcla solemnidad y fiesta, tradición y creatividad.

Un origen con leyenda
Aunque el formato actual nació en 1981, sus raíces se remontan al siglo XV. La fundación de Murcia bajo Abderramán II y la posterior llegada de Alfonso X El Sabio forman parte de la narración que se representa ante la catedral en los días grandes de la fiesta. Historia y teatro popular se entrelazan en un relato milenario.
Gastronomía y convivencia
Más allá de los desfiles, el Campamento Medieval se llena cada noche de música y gastronomía. Murcianos y visitantes comparten tapas típicas como marineras, mojama o almendras fritas, acompañadas de vinos de Jumilla, Yecla o Bullas. Es un ejemplo de cómo fiesta, historia y gastronomía se funden en una experiencia completa.

Reconocimiento internacional merecido
Murcia se une así a otras ciudades españolas con celebraciones de Interés Turístico Internacional. El título reconoce no solo la espectacularidad de los Moros y Cristianos de Murcia, sino también la implicación de toda la ciudad y su capacidad para atraer turismo cultural y gastronómico de primer nivel.
Si visitas Murcia durante esta fiesta, no olvides pasear por la Plaza del Cardenal Belluga, contemplar la Catedral y perderte por la Trapería o la Platería antes de disfrutar de unas tapas en la plaza de las Flores. Una experiencia completa donde historia, fiesta y sabor se entrelazan.
