Un producto nacido del frío y la paciencia
El Jamón de Teruel DOP es hijo del clima, de esas sierras donde el aire seco y los inviernos intensos hacen posible una curación natural. Con altitudes que superan los 800 metros, el territorio de la Denominación ofrece un entorno ideal para que el jamón madure lentamente, sin prisas, respetando los ritmos que marcan la tradición.
Las piezas proceden exclusivamente de cerdos nacidos, criados y sacrificados en la provincia, con razas seleccionadas que garantizan un equilibrio perfecto entre grasa, sabor y textura.

Secadero artesanal de Jamón de Teruel DOP, donde las piezas maduran lentamente en el aire limpio de la sierra para alcanzar su sabor inconfundible.
La primera Denominación de Origen del jamón en España
En 1984, el Jamón de Teruel fue el primer jamón en obtener una Denominación de Origen Protegida (DOP) en España. Aquello fue un antes y un después: se reconocía oficialmente un saber transmitido durante generaciones, una cultura que une al secadero, al ganadero y al consumidor. Hoy, más de 30 secaderos y centenares de explotaciones ganaderas trabajan bajo el sello DOP, lo que convierte a este producto en un motor económico y social clave para el medio rural turolense.
Un sabor con identidad
Hablar del Jamón de Teruel DOP es hablar de equilibrio: su salinidad es suave, su aroma profundo y su color, entre rosado y rojo intenso, evoca la pureza de su origen. El tiempo mínimo de curación —de 14 meses— permite que el sabor se desarrolle lentamente hasta alcanzar esa melosidad característica que lo diferencia de otros jamones.

En las catas organizadas por la DOP, los maestros jamoneros repiten siempre la misma idea: “en Teruel el jamón no se hace, se cría”. Una frase que resume el respeto por el producto y el territorio.
Más que un sabor: un paisaje
Detrás de cada loncha hay un mapa: pueblos como Calamocha, Monreal del Campo o Cedrillas son sinónimo de excelencia. Allí, el aire serrano circula libre por los secaderos, las bodegas huelen a madera vieja y la tradición se mezcla con la innovación. Cada jamón marcado con la estrella al fuego de la DOP lleva consigo el alma de estas tierras: sobria, honesta y orgullosa.
De la despensa rural al turismo gastronómico
Hoy, el Jamón de Teruel no solo se disfruta en las mesas, sino también en las rutas del sabor que recorren la provincia. Bodegas, ferias y jornadas gastronómicas acercan al visitante al proceso de curación, combinando cultura, paisaje y gastronomía.Una forma de turismo sostenible que genera riqueza, preserva tradiciones y da vida a los pueblos.
Si algún día viajas a Teruel, déjate llevar por su aroma: el del jamón recién cortado, el vino del Matarraña y el pan caliente. Es el sabor de una tierra que ha hecho del tiempo su mejor aliado.