Brindis con sabor a cercanía
La Feria de los Vinos de Aragón celebrada este fin de semana en Montañana ha vuelto a ser un punto de encuentro imprescindible entre bodegas, gastronomía y consumidores. Pero si alguien ha brillado con luz propia, han sido los vinos de la DO Calatayud. Siete bodegas de la zona —entre ellas Langa, Augusta Bilbilis o San Alejandro— han llevado lo mejor de su tierra al pabellón municipal, en un ambiente de fiesta, catas y torreznos memorables.
El secretario de la DOP, Javier Lázaro, lo resume así: “Aquí hay un contacto directo con quien importa de verdad: el consumidor”. La cercanía y el entusiasmo del público zaragozano han convertido la feria en un escaparate clave para el impulso de estos vinos en la capital y su entorno.

Vinos que se viven, no solo se beben
La cita ha incluido catas guiadas, degustaciones, campañas como “Pide un Calatayud y gana premios” en el Tubo y un ambiente en el que los vinos se explicaban, se compartían y se disfrutaban sin prisas. La entrada gratuita y el sistema de talonarios con puntos ha facilitado que cada visitante pudiera diseñar su ruta personal entre tintos, blancos y rosados.
Además, la oferta gastronómica ha sido de primer nivel: Café Chicago y su premiado torrezno, Ibéricos de Jabugo, embutidos Ortín, Tabernalia y muchas más propuestas han maridado perfectamente con las copas de vino.
Calatayud, cada vez más cerca
Los vinos de Calatayud no solo triunfan en concursos y guías especializadas. También lo hacen en el corazón de quienes los prueban. Por eso esta feria importa: porque acerca el viñedo a la ciudad, el producto al paladar, y la historia de una tierra a cada copa servida.
Para más información sobre las bodegas participantes:
¿Sabías que Calatayud es la DO aragonesa con mayor altitud media de viñedo? Sus vinos nacen entre los 800 y 1.100 metros. Esa altura… se nota en la copa.