La bodega autora del mejor vino, en los premios Alimentos de España 2018, ha presentado la nueva “colección de vinos de familia”: un Chardonnay, un Tinto, un Rosado, un Garnacha y un Reserva.
Recientemente se ha presentado la nueva gama de vinos Aldeya, de Pago Aylés, en pleno corazón del zaragozano barrio de El Tubo. Ante un nutrido público, el presentador de Aragón Televisión y experto en vino, Mariano Navascués, ha ejercido de maestro de ceremonias. Navascués, muy vinculado con la familia Ramón-Réula, se ha encargado de hablar de la misma, porque, ha dicho “considero que detrás de grandes ideas, de grandes proyectos, hay siempre personas y, en casos como este, estas personas se convierten en mucho más que compañeros de trabajo”.
Inmaculada, Ana y Federico, segunda generación, “recogen el testigo de un camino que abrieron sus padres en los ochenta. Federico Ramón y Concha Réula colocaron la primera estaca y ellos están al frente de la bodega”. En un tiempo, ha continuado Navascués, el esfuerzo de esta familia se vio recompensado “porque Aylés se convirtió en uno de los pocos Vinos de Pago de España”. Tras destacar el trabajo de todo el equipo, entre el cual se encuentra el enólogo Jorge Navascués, su hermano, Mariano, ha presentado a Julio Prieto, ingeniero agrónomo y asesor de la bodega, que ha descrito el cambio que están implementando en el viñedo, “hacia una agricultura más orgánica, para ofrecer un producto más saludable, pero también por amor y respeto a la propia finca”. A través de una agricultura de precisión, que Prieto ha definido como “de medición”, en Aylés tratan de hacer “ordinario lo extraordinario”.
Aldeya, palabra de origen árabe que significa “la aldea” es, según Navascués, “la marca mítica de Aylés, la más veterana y la causante de que Aylés sea actualmente Vino de Pago”. Inmaculada Ramón, propietaria y directora del Departamento Técnico de la bodega Pago Aylés, subió al escenario para presentar la nueva gama lanzada al mercado.
“Es un día muy importante para mi familia –ha comenzado– porque constatamos que treinta años de trabajo y sacrificio tienen su recompensa”. La propietaria de Aylés ha definido los cinco vinos Aledeya como “vinos que hacemos con mucho cariño, sinceros y que pueden ser disfrutados por todo el mundo ya que su relación calidad-pasión-precio es inmejorable”. Tras la presentación, los invitados pudieron degustar los cinco vinos —Chardonnay, Tinto, Rosado, Garnacha y Reserva— que integran la nueva gama, en otras tantas “estaciones”, preparadas para ello y atendidas por personal de la bodega. La nueva colección Aldeya es fruto de cuatro años de intenso trabajo, encaminado hacia una viticultura ecológica y sostenible que introduzca complejidad en el ecosistema, preserve el entorno y, al mismo tiempo, incremente la calidad de los vinos, a través de una elaboración no intervencionista con el máximo respeto hacia el terruño.
Los vinos
Chardonnay: color amarillo brillante con tonos verdosos que reflejan su juventud. En nariz muestra aromas intensos de fruta blanca, cítricos y notas florales. En boca resulta persistente y carnoso, con una acidez perfectamente armonizada otorgando un final refrescante.
Tinto: coupage de Tempranillo, Merlot, Cabernet Sauvignon y Syrah. De color rojo cereza picota amoratado muy atractivo. En nariz posee aromas primarios y varietales de frutos rojos y notas florales, junto con ligeras especias. Su paso en boca es sabroso, frutal, bien equilibrado, fresco y balsámico. Taninos maduros, tiene cuerpo, carácter y un final persistente.
Rosado: Intenso color rosa con tonos violáceos muy llamativos. Aromas frutales intensos (picotas maduras, fresas y albaricoques). En boca se muestra fresco y equilibrado, con sensaciones carnosas, sabrosas y suaves. Ligero dulzor a la entrada y amargor a la salida. Mantiene la untuosidad y la frutosidad de una uva tinta, y la finura y acidez de una blanca.
Garnacha: mono varietal color rojo rubí. Nariz con fruta roja y negra, moras, frambuesas, especiado con sutiles toques de cacao procedentes de la crianza en roble. Boca con volumen, redondo con final persistente y elegante.
Reserva: es un vino con un estilo clásico. Color rojo rubí con ribete grana. Nariz con fruta negra, un sutil fondo de cuero y maderas finas. Boca con cuerpo, tanino fino, paso elegante con frescor que augura buena guarda.
Un viñedo…
Con la firme idea de que «el vino nace y se hace en la viña», Pago Aylés viene trabajando en la conservación y mejora de sus suelos consolidando y enriqueciendo las cubiertas vegetales, eliminando el uso de productos químicos y practicando la agricultura de precisión. Así, además de preservar y mejorar su entorno, la bodega obtiene vinos que responden a las tendencias actuales del mercado: «equilibrados, frescos y que reflejan su origen».
Enológicamente hablando, la bodega también ha introducido cambios, para seguir evolucionando, bajo los principios de expresividad, personalidad y originalidad del Pago de Ayles. Continúa en la búsqueda de una maduración fenólica plena, pero haciendo hincapié en mantener una acidez suficiente, para conservar esa maduración más tiempo. Ello se traduce en fechas de vendimia un poco más tempranas y en la vendimia manual de las parcelas más especiales.
La sustitución de levaduras comerciales por indígenas o autóctonas, por otra parte, contribuye a la obtención de vinos más sinceros, puros y expresivos. Además, tras veinte años de experiencia, observando cómo se comporta la madera, la bodega cree haber encontrado la fórmula ideal para la crianza, combinando el uso de barricas nuevas, semi nuevas y usadas.
Una familia…
La Bodega Pago Aylés inició su andadura en los años 90 con la compra de la finca por parte de Federico Ramón quien, después de una trayectoria profesional llena de éxitos, decidió volver a la tierra que amaba, a la que dio los últimos años de su vida. El Vino de Pago Aylés fue la última aportación de un hombre que creyó en su tierra, en su familia y en el trabajo honesto, que tenía el esfuerzo y la honradez como como guía. Actualmente, Aylés es una bodega familiar gestionada por los hijos de Federico Ramón: Ana, Federico e Inmaculada Ramón.
Una historia…
Las raíces históricas de la Finca Aylés son profundas y sus valiosas condiciones ecológicas y paisajísticas han estado vinculadas al cultivo de la vid, desde el siglo XII, cuando Alfonso II reconquistó estas tierras, entregándoselas a los monjes. Estos vendimiaron las primeras y especialísimas uvas que produce este paraje.
La tradición acumulada es un valor tan importante en la Finca Pago Aylés como el derroche de condiciones ideales que reúnen sus terrenos. Tradición a la que hoy en día se suma el conocimiento científico más avanzado dentro de una concepción sostenible y de respeto al entorno. Hoy, Pago Aylés es una bodega moderna concebida por y para el vino de calidad. Una modernidad que tiene como base más sólida la sabiduría de la tradición y el poso cultural heredado.
Fotos: Agencia Almozara